jueves, 20 de septiembre de 2012

Influyentes mandatarios islámicos piden la demolición de las pirámides de Egipto, “símbolos del paganismo”

19 de septiembre de 2012

 

Influyentes mandatarios religiosos musulmanes piden la demolición de las pirámides de Egipto, por ser estos “símbolos del paganismo”, según las palabras del jeque saudí Ali bin Sai al-Rabi´i.

Hace poco, “el jeque de los jeques” sunitas de Bahrein y presidente de la Unidad Nacional le ha pedido al nuevo presidente de Egipto, Muhammad Morsi, que destruya las pirámides, cosa que “Sahabi Amr bin al-As no pudo cumplir”. Esto último es una referencia al compañero de Mahoma, Amr bin al-As y a las tribus árabes que invadieron Egipto hacia el año 641, y la destrucción de innumerables antigüedades egipcias que la invasión musulmana llevó a cabo. Incluso la gran biblioteca de Alejandría, considerada como depositaria del saber pagano contrario al Corán, fue destruida por Amr bin al-As siguiendo las órdenes del califa Omar.

Hoy, afirma el “jeque de los jeques” de Bahrein, la tecnología moderna puede permitir la destrucción de las pirámides. Falta por saber si el presidente de Egipto, Hermano Musulmán, es lo suficientemente piadoso como para completar el proceso de islamización empezado por el primer conquistador islámico de Egipto.

Ese escenario propuesto no es inverosímil. La Historia está llena de ejemplos de musulmanes que han destruido el patrimonio preislámico de los países caídos bajo la influencia mahometana. El mismo Mahoma destruyó el templo de la Kaaba de La Meca y la transformó en mezquita.

Una gran parte del odio de los musulmanes por el patrimonio preislámico está relacionada al hecho de que tradicionalmente no se identifican con tal o cual nación, cultura o lengua, sino sólo a la umma o nación islámica. En consecuencia, aunque muchos musulmanes se consideren ante todo egipcios, los islamistas no tienen en cambio identidad nacional, se identifican únicamente con la cultura islámica basada en la suna del profeta, y al árabe el idioma del islam. Este sentimiento ha sido expresado sin rodeos por el ex líder de los Hermanos Musulmanes, quien hace poco ha declarado: “¡Que se vaya al diablo Egipto!”, queriendo significar con eso que los intereses del islam están por encima de los de su país. 

 Fuente: Alerta Digital

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