martes, 25 de septiembre de 2012

Crímen de honor en Egipto

Asesina a su mujer en la calle y a plena luz del día ante un numeroso público

Un egipcio da muerte por “motivos de honor” a su esposa en una concurrida calle. Las numerosas personas que se encontraban en el lugar, ajenas a los desolados gritos de la mujer, se limitaron a observar impasibles el acto criminal.
 

En el vídeo se observa cómo una mujer, cubierta con la tradicional mortaja negra, yace en el suelo, mientras que su marido la patea, apuñala y asesta puñetazos, pero sin prisas. El asesinato tiene lugar  en una concurrida vía pública y a plena luz del día, por lo que el hecho atrae la atención de numerosos espectadores que ven el sangriento espectáculo sin inmutarse. 

Los transeúntes que vieron a una mujer agonizando en la calle a consecuencia de las torturas inflingidas por su marido no intervinieron ¿Por qué? ¿tan podrida está la naturaleza del musulmán? Tal vez las consideraciones que en torno a las mujeres hizo el “Profeta”, violador de una niña de 9 años llamada Aisha, nos pueden aclarar la cuestión:

“Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros. ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis!…” (Corán, 2-223)

“ Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos sobre otros…. ¡Amonestad a aquéllas que temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! (4-34)

“Alá  os ordena lo siguiente en lo que toca a vuestros hijos: que la porción del varón (en la herencia) equivalga a la de dos hembras…” (4-11)

“Llamad, para que sirvan de testigos, a dos de vuestros hombres; si no los hay, elegid a un hombre y a dos mujeres…”(2-282)

“El Mensajero de Alá, dijo: ¿Acaso el testimonio de una mujer no es como medio testimonio de un hombre?… eso forma parte de la carencia de vuestro intelecto… ¡Maldecís mucho y sois desagradecidas con quienes convivís!” (Jadiz de Al-Bujari)

“El Mensajero de Alá, dijo: He visto el Infierno, y nunca había tenido una visión tan terrible de él como hoy, y he visto que la mayor parte de quienes allí se encontraban eran mujeres. Dijeron: ¿Acaso ellas no creen en Alá? Respondió: Son ingratas con quien conviven y con el bien que se les hace; aunque le hicieras el bien a una de ellas toda la vida, si luego ve que fallas en algo, te diría: Nunca he visto nada bueno de ti” (Jadiz de Al-Bujari)

Los “crímenes de honor” han aumentado en Egipto desde la caída de Mubarak; cada día más mujeres aceptan “libremente” vestir el característico sudario negro; la violencia doméstica se consolida como una práctica justa y las feministas occidentales “ya preparan sus contundentes protestas en la Plaza Tahrir”, para mostrar a los Hermanos Musulmanes el recto camino.





Fuente: Minuto Digital




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