ISLAMONÁUSEA, NO ISLAMOFOBIA
Por
Nicholai Sennels.- Debemos dejar de usar la palabra auto elegida por
los musulmanes “islamofobia” por la cual ellos se pintan a sí mismos en
un rincón de seres aterrados: destruye la comunicación. En lugar de usar
un término de división, hay que insertar una palabra más accesible y
que de hecho preserve la oportunidad de tender puentes y aprender:
“Islamonáusea”. Este término no hace la comunicación imposible, sino que
permite a los visitantes de nuestra cultura occidental percibir
aspectos de su comportamiento que nos hacen enfermar.
No es de extrañar que los musulmanes usan la palabra “islamofobia”
tan a menudo. A falta de argumentos convincentes, de encanto o de
aportar alguna contribución constructiva a su entorno, ser temido es la
única manera de obtener al menos algún tipo de respeto. El término
islamofobia, miedo al islam, apunta a lo que los musulmanes quieren, no a
lo que los no musulmanes sienten.
La xenofobia, “un miedo irracional a lo que es extraño o extranjero”,
tampoco funciona en este caso. La aversión al islam no proviene de la
falta de familiaridad con la religión, de hecho, es todo lo contrario.
No hay ninguna razón para temer ser llamado racista, ya que ni el islam
ni los musulmanes son una raza.
Nuestra lengua necesita un término que describa lo que muchos
pensadores críticos con el islam sienten de acuerdo con sus propios
términos, no de acuerdo con lo que los musulmanes quieran que sintamos o
lo que lo políticamente correcto establecido diagnostica para
asustarnos y permitir más votos para la izquierda en nuestros países.
Necesitamos un término que a la vez invite a los musulmanes a darse
cuenta de lo que tienen que cambiar en su comportamiento y su religión
si desean avanzar de un vergonzoso último lugar en la evolución de las
civilizaciones y de ganar algo de verdadero respeto entre la comunidad
mundial.
Reacción natural
Como en muchas situaciones nauseabundas, la islamonáusea es una reacción normal y natural a algo anormal y no al revés.
El reflejo de la náusea es innato, y es biológicamente natural y
saludable experimentar malestar emocional y físico con todo lo que es
desagradable, insalubre o nocivo.
No hay nada fóbico o racista en sentir náuseas al escuchar las
masacres islámicas realizadas por Mahoma y sus imitadores devotos a lo
largo de la historia y en nuestro mundo actual. Lo mismo ocurre con la
relación sexual de Mahoma con una niña de nueve años de edad, o el
cortar las extremidades, o las lapidaciones en el nombre de Alá y sus
leyes de la Sharia.
Pensando en la práctica epidémica de los musulmanes de la endogamia
forzada (que daña la inteligencia y aumenta el riesgo de enfermedades
psiquiátricas) – a menudo durante muchas generaciones seguidas – también
se pueden experimentar sensaciones desagradables en el abdomen. Tampoco
hay ninguna vergüenza en la sensación de náusea al oírles hablar sobre
el control social extremo, los ejemplos de violencia y asesinatos
cometidos para asustar a cientos de millones de sus mujeres e impedir
que gocen de sus derechos humanos a elegir a sus parejas sexuales, su
ropa y su estilo de vida.
Los numerosos llamamientos al odio, la violencia y el asesinato de no
musulmanes por un intachable corán son francamente repugnantes.
Imaginar que el pináculo de la evolución pueda ser un califato islámico
del tamaño del planeta no sólo es una vergüenza total para la raza
humana, sino que también puede hacer perder el apetito.
Ejemplos
La palabra “islamonáusea” puede ser usada para describir una
sensación de náuseas, asco, disgusto, malestar o aversión que surgen por
sí mismas cuando se encuentra el islam o la cultura islámica, o lo que
sea o quien lo representa.
Ejemplos de uso de la palabra: “No tengo miedo del islam, sino
islamonáusea”. ”No quiero minaretes en mi ciudad, me dan islamo náusea”.
”Tienen islamonáusea de los inmigrantes musulmanes y decidieron mudarse
a otro barrio.” ”La lectura del corán me da islamonausea”. ”Le dió
islamonáusea y decidió dejar su trabajo en la prisión.” ”Me da
islamonáusea oír hablar de los asesinatos por honor”. ”Me da
islamonáusea la idea de comer halal”. ”Me provoca islamonáusea ver todos
los musulmanes saltando y disparando al aire, tratando de asustarnos
para que respetemos su conducta infantil.”
Predominio
El primer uso de la palabra que he podido rastrear, es del 7 de julio de 2005, en un comentario en el sitio web Jihadwatch.org.
Aquí, una persona que se hace llamar el jeque Canuck, escribe en un
comentario a un artículo sobre la reacción positiva de los musulmanes a
los atentados suicidas islámicos en Londres ese mismo día: “No tengo
islamofobia, sino islamonáusea, me ponen enfermo todos ellos”.
La primera vez que la usé fue en una carta dirigida al Nordjyske
Stiftstidende el 30 de diciembre de 2011, titulado “ Tenemos náuseas ”.
El término llamó la atención cuando el comediante, ateo y crítico del
islam Pat Condell la utiliza en un vídeo en 2009 llamado “ Los
defensores de mal . “
La islamonáusea merece su propio artículo en Wikipedia. Ayudar a esta
palabra a introducirse en nuestros diccionarios mediante el uso de esta
palabra en los blogs, en los artículos y cartas al editor, y en el
habla cotidiana.
Fuente: Alerta Digital
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