Mientras
Julia Gilard, primer ministra de Australia, intentaba comprender cómo
unos niños musulmanes podían ser utilizados para incitar a la violencia,
Ruqaya, una niña de 8 años tomó la palabra ante un congreso de
fundamentalistas en Sydney para expresar su amor por la yihad.
Ante un público de 600 personas, la niña exhortó a todos los jóvenes
musulmanes a combatir para la restauración del califato islámico, un
gobierno mundial único regido por la sharia (ley islámica).
Ruqaya fue una de las nueve personas que hablaron en esa conferencia,
denominada Muslim Pride (Orgullo Musulman). Julia Gillard se mostró horrorizada ante las
imágenes de niños exibiendo pancartas incendiarias en Sydney el sábado
pasado. Una de esas pancartas decía: “¡Decapiten a los que insultan al
profeta!”. Otra recogía el siguiente mensaje: “Nuestros muertos están en
el paraíso, los vuestros en el infierno”.
“No puedo ver a nadie, y menos a niños llevar carteles con mensajes
ofensivos llamando al asesinato. Esto no es australiano. Creemos en la
libertad de religión y consideramos que todas las religiones deben ser
tratadas con respeto”, ha dicho la Primer Ministro.
En su discurso, Ruqaya ha declarado: “Debemos trabajar mucho para
alcanzar la victoria. Vuestra generación y la de vuestro padres no han
sido criadas en el califato. ¡Ya basta! ¡No dejéis que mi generación sea
añadida a esa lista!”.
Fuente: Alerta Digital
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