No os perdais la entrevista de Alerta Digital a Imram Firasat, un paquistaní que lleva 7 años denunciando la verdadera cara del islam y que se expone a la deportación a su país por parte del gobierno español al denegarle el asilo político.
Huelga decir a lo que se expone este ciudadano en cuanto llegue a Paquistán, donde la blasfemia contra el islam está condenada con la pena de muerte. Esa es la religión de la paz que tanto pregonan los islámistas a bombo y platillo.
Como dice en la entrevista, el gobierno de España - y por extensión los gobiernos del todo el mundo- se bajan los pantalones ante la presión de los islamistas, debido fundamentalmente a nuestra excesiva dependencia del petróleo y al miedo que generan las represalias violentas por parte de los fanáticos y radicales musulmanes, para los que la única forma segura de entrar en el paraiso es morir peleando en la "guerra santa", la jihad.
¿Cómo es posible que se pueda tener tanto miedo a los seguidores de la religión de la paz? Evidentemente porque no es para nada una "religión" pacífica. Lo peor de todo es que están logrando en todo el mundo que los líderes se sometan (y eso precisamente es lo que quiere decir islam, sometimiento) a sus dictámenes y que se censure y silencie a todo aquel que intente revelar la verdadera esencia maligna del islam.
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