sábado, 20 de abril de 2013

“El odio a los cristianos debe proceder del corazón”

"Abdullah Badr, licenciado por la “prestigiosa” Universidad de Al-Azhar y profesor de Exégesis del islam, ha declarado en el transcurso de una conferencia que los cristianos le producen un profundo asco. Y ha añadido que los musulmanes deben odiarlos sinceramente, con todo su corazón."
Fuente: Minuto Digital
 
El citado licenciado en la interpretación del islam, nos demuestra una vez más la verdadera cara del islam. No es el amor al prójimo sino el odio a todos los que no sean musulmanes lo que les impulsa en su vida cotidiana. Nosotros los dhimis, los no musulmanes, y especialmente los cristianos o los judios, no somos más que una pandilla de seres asquerosos que deben ser exterminados, como se cita en la siguiente sura del corán (más bien habría que denominarla ba-sura):
 
9.5: “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los infieles dondequiera que los encontréis. ¡Capturadlos!¡Sitiadlos! ¡Tendedles emboscadas por todas partes!.
 
También afirmó en la conferencia pronunciada a finales de marzo, en el que hablaba sobre la doctrina “wala bara’wa” (Amor y odio), que los cristianos le producen náuseas, que no soporta su olor… su mirada ni presencia. Bien, a este respecto me imagino que habrá muchos españoles que piensen lo mismo, con razones muy bien fundadas, sobre la morisma que empieza a abundar tanto en nuestro país .
 
 Al respecto del odio a los infieles nos citan una serie de ba-suras que no tienen desperdicio:
  
5.51: “¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos ni a los cristianos!
2.104: ”¡Creyentes! (…) Los infieles tendrán un castigo doloroso.
5.33: “Retribución a quienes hacen la guerra a Alá (…) Serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos.
9.23: “¡Creyentes! No toméis como amigos a vuestros padres ni a vuestros hermanos si prefieren la incredulidad a la fe. Quienes de vosotros les consideren amigos, ésos son los impíos”.
9.29: “¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en su Enviado (…) hasta que humillados, paguen el tributo directamente”.
9.30: “Los judíos dicen: Uzayr es el hijo de Dios”. Y los cristianos dicen: “El Ungido es el hijo de Dios”. Eso es lo que dicen de palabra. Remedan lo que ya antes habían dicho los infieles. ¡Que Alá los maldiga! ¡Cómo pueden ser tan desviados!
9.124: “¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Que os encuentren duros!
4.56: “A quienes no crean en Nuestros signos les arrojaremos a un Fuego. Siempre que se les consuma la piel, se la repondremos, para que gusten del castigo. Alá es poderoso, sabio.
 
Así es como piensan los musulmanes, esa es su visión y su misión, y los que confien en su buena voluntad están muy, pero que muy equivocados. Su objetivo es que todo el planeta tierra sea "Dar al Salam", o sea, la casa de la "paz". Mientras tanto, los países que no sean islámicos serán "Dar al Harb", o sea, la casa de la guerra. 
¡Es muy gracioso este concepto! Imaginemos que Hitler, por poner un ejemplo, hubiera dicho que el nazismo era un movimiento político que busca la paz mundial. Todo el mundo se quedaría perplejo porque sabe cuáles han sido los resultados de la política nazi. Pero desde este punto de vista, cuando todo el planeta fuera nazi, ya no quedaría ningún país contra el cual luchar porque todos seríamos camaradas y correligionarios. Bien, el principio del islam es el mismo: vamos a hacer la "guerra santa" contra el infiel hasta que no haya más infieles. Cuando todos seamos musulmanes viviremos en paz y armonía, la mar de felices, nos someteremos al dictado de alá y todos contentos. 
También es muy significativo que Adolf Hitler se llevará muy bien con los musulmanes y que incluso el gran mufti de Jerusalem supervisará los trabajos de exterminio de los judíos en los campos de concentración. Ambos compartían un gran odio antisemita
Por tanto vemos que tanto el nazismo como el islam son doctrinas fascistas, opresoras (más bien exterminadoras) y totalitarias, que no nos deben llevar a engaño. 
El engaño, por otro lado es otra enseñanza del corán, denominada al taqiyya, que profesan muy bien sus seguidores y que es una dispensa legal por la que un creyente musulman puede negar su fe o realizar actos ilegales o blasfemos cuando puede estar en riesgo de ser perseguido. De aquí viene el estereotipo del moro como un ser traicionero y falso, ya que si le conviene puede engañar al infiel mientras sea "puro" en su corazón.
En definitiva, es el odio y no el amor al prójimo la consigna de los musulmanes, y el resultado es visible e innegable en todo el planeta.


 
 

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